Este lunes 6 de mayo, se celebra en Chile el Día del Kinesiólogo, fecha que conmemora la publicación de la ley de Colegios Profesionales de 1969. Una profesión que ha estado íntimamente ligada desde sus inicios a la Educación Física. Fue en 1912 que en nuestro país se realizó el primer Gabinete de Kiensiterapia, efectuando tratamientos en base a ejercicios terapéuticos y Mesoterapia.
Hoy en día, tanto la medicina como las herramientas que convergen con ella, han ido mutando paso a paso, dando espacio para nuevas técnicas que ayuden a mejorar los diversos tratamientos que necesita nuestro cuerpo. Parte de este importante proceso son las tecnologías, que hoy se han convertido en aliadas tanto de la medicina en general como de los kinesiólogos.
Por ello, es importante informarnos bien sobre qué tratamientos son los indicados para lo que buscamos ante este nuevo abanico de opciones. Un gran ejemplo de ello, son aquellos procedimientos que se utilizan para bajar de peso o eliminar grasas sin la necesidad de recurrir al quirófano. Métodos existen por doquier: cremas, píldoras, geles reductores, etc. Pero, ¿cómo diferenciar aquellos que realmente cumplen lo que prometen?
Tanto los masajes reductivos como los drenajes linfáticos, pueden ayudarte a eliminar toxinas, pero no precisamente eliminarán la grasa localizada, por ello es importante saber esto antes de buscar un tratamiento para este fin. «Los masajes «reductivos» no sirven para disminuir grasa localizada, sólo son masajes modeladores donde se reacomoda la adiposidad para darle mejor forma y modelar el cuerpo, y deben ir acompañados de otras técnicas para mejorar el resultado a través del tiempo», señala Johanna Moreno, Kinesióloga de Clínica La Parva. «El drenaje linfático es una técnica de masaje suave que moviliza la linfa ayudando a eliminar toxinas y líquido, y no influye en la grasa localizada por sí solo. Si hay una reducción de contorno corporal por el drenaje es sólo por eliminación de líquido y no por contenido graso», aclara..
Otro de los procedimientos que también ayuda a bajar ese «rollito» es el llamado Coolsculpting, una tecnología que utiliza la criolipólisis para eliminar la adiposidad localizada. «Este método provoca la muerte del adipocito a través del congelamiento, siendo eliminado de forma natural por el cuerpo y no vuelven aparecer. El resultado final puede evaluarse a los 3 meses», señala la Kinesióloga, Johanna Moreno. «Se recomienda continuar con dieta equilibrada para mantener el resultado. Luego de 3 meses se puede realizar una segunda sesión en la misma zona, en el caso que no se haya eliminado toda la adiposidad». Una técnica que además fue aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) para la reducción de grasa corporal y que se puede realizar tanto en el abdomen, espalda y sus zonas laterales.
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